La fatiga crónica se caracteriza por un estado de agotamiento intenso que continúa durante al menos seis meses sin motivo aparente. Lee este post para conocer sus características.
Qué es la fatiga crónica
Se define como un conjunto de síntomas de agotamiento intenso y casi permanente que aparecen sin motivo aparente o patología subyacente. El paciente está cansado hasta el punto de no poder realizar las tareas cotidianas más simples como ducharse o hacer la compra.
Cuando el trastorno es severo el paciente experimenta dificultades a nivel socioprofesional afectando en gran medida a su autonomía.
Síntomas
- Fatiga intensa durante más de 6 meses que no mejora con el descanso.
- Sueño no reparador.
- Malestar después de un esfuerzo físico.
- Funciones cognitivas deterioradas: problemas de memoria, atención, concentración.
- Intolerancia al ortostatismo (posición de pie).
- En ocasiones existe una sensibilidad química múltiple e histaminosis alimentaria.
Causas
Si bien la fatiga crónica está catalogada dentro del síndrome de sensibilidad central con síntomas relacionados con una enfermedad neurológica, los estudios que se están llevando a cabo actualmente apuntan a que puede tener un comienzo relacionado con la inmunología a partir de ciertos focos infecciosos de los pacientes, como la caries.
Por tanto, el Síndrome de Fatiga Crónica podría ser consecuencia de una infección bacteriana o viral que aún no está completamente estudiada.
Otras líneas de investigación ponen el foco en una disfunción mitocondrial, por la que la capacidad celular de producción de energía está mermada.
Aparentemente no existe relación con la forma o estilo de vida de los pacientes, pues el agotamiento no está provocado por un conjunto de tensiones profesionales o familiares, si bien el estrés crónico puede ser otro de los factores desencadenantes.
Diagnóstico
El médico suele solicitar a una persona con fatiga extrema y crónica que se someta a numerosas pruebas médicas. Este cribado es clave para realizar un diagnóstico preciso ya que muchas enfermedades provocan un descenso de la energía como por ejemplo: fibromialgia, hipotensión, mononucleosis infecciosa crónica, hipotiroidismo, síndrome de intestino irritable, cáncer y otras enfermedades inflamatorias y autoinmunes.
El síndrome de fatiga crónica solo puede reconocerse como tal cuando todas las demás enfermedades posibles se han descartado mediante exámenes y evaluaciones.
Es importante no confundir este síndrome con depresión. A diferencia de la persona deprimida que no encuentra placer en nada, el “crónicamente fatigado” aprecia los placeres de la vida, pero rápidamente se agota, lo que le provoca frustración y una sensación de encarcelamiento.
En los niños, los síntomas pueden variar mucho de un día a otro, pero son tan graves como en los adultos. En ellos se puede hacer el diagnóstico si los síntomas característicos duran más de 3 meses.
Tratamiento
En la gran mayoría de los casos, los síntomas de la fatiga crónica disminuyen con el tiempo. Algunos pueden tardar varios años en desaparecer y otros síntomas pueden permanecer en el tiempo.
La recuperación de las personas puede ser más completa si se concentran más en las funciones que pueden recuperar que en el grado de función que han perdido.
Se tratan síntomas específicos como dolor, depresión y dificultad para dormir. La terapia cognitivo-conductual y la actividad física progresiva ayudan a algunas personas.
Procesamiento cognitivo conductual
La terapia cognitivo-conductual suele ser una psicoterapia breve cuyo objetivo es redirigir los pensamientos desalentadores que podrían inhibir una perspectiva positiva de curación.
Actividad física gradual
Los períodos de descanso prolongado conducen al desacondicionamiento y, de hecho, pueden empeorar los síntomas del síndrome de fatiga crónica. La introducción gradual de ejercicio aeróbico regular como caminar, nadar, andar en bicicleta o correr, bajo supervisión médica, puede reducir la fatiga y mejorar el rendimiento físico.
Medicamentos y tratamientos alternativos
Aunque muchos tratamientos como los antidepresivos y los corticosteroides parecen mejorar los síntomas de algunas personas, es difícil incluso para los profesionales de la salud determinar qué tratamientos funcionan ya que los síntomas difieren entre las personas y porque los síntomas pueden aparecer y desaparecer por sí solos.
Los complementos dietéticos como el la coenzima Q10, ácidos grasos esenciales omega-3 o altas dosis de vitaminas, se utilizan comúnmente para tratar la fatiga crónica habiéndose obtenido resultados esperanzadores en la mayoría de los pacientes.
A nivel mitocondrial, podemos trabajar con activos como ginkgo biloba, polygonum y coenzima Q10, lo que potencia su efecto antioxidante, combatiendo el cansancio y la fatiga.
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