La reactividad cruzada o alergias cruzadas se definen por la presencia de síntomas de alergia o intolerancia por el cruce entre un alergeno de un polen o de un alimento y otro alergeno de un alimento.
La reactividad cruzada puede ser responsable de una intolerancia o alergia alimentaria sin haber comido nunca dicho alimento.
Cuando se detecta una alergia o intolerancia alimentaria en un bebé, la introducción posterior de determinados alimentos debe hacerse con más precaución ya que existe mayor riesgo de reacciones cruzadas.
Reactividad cruzada entre alimentos
Los alimentos del mismo grupo comparten determinadas proteínas, por lo que el riesgo de sensibilidad cruzada es mayor. Los alimentos que más alergias causan en niños son: leche, huevos, pescado, frutas, frutos secos, legumbres (soja incluida) y trigo.
Leches animales
Cuando se diagnostica alergia a la proteína de la leche de vaca, existe un 70% de posibilidades de alergia a la leche de cabra y de oveja; y un 30% de posibilidades de alergia a la bebida de soja. Debido a las proteínas β-galactoglobulina, α-lactoalbúminas y caseínas.
Huevos de distintas especies
Siendo la yema la que contiene más proteínas, es la clara la que contiene las más alérgenas. Las alergias entre proteínas (ovoalbúmina, ovomucoide, ovotransferrina y lisozima) de distintas aves son frecuentes. Es extraña la alergia a huevos de pato y oca sin que vaya ligada a alergia a los huevos de gallina.
Síndrome ave-huevo
En este caso la asociación cursa con síntomas de alergia respiratoria y alergia alimentaria debido a la α-livetina, presente en la yema del huevo. La sensibilización comienza por el contacto con proteínas aviares presentes en plumas, excrementos, suero y carne y posteriormente evoluciona a hipersensibilidad alimentaria.
En pacientes muy sensibilizados deberá evitarse el contacto con aves y eliminar el huevo de la dieta. En niños, los síntomas son preferentemente de tipo respiratorio y digestivo y están más sensibilizados a la yema que a la clara.
Pescados
La alergia cruzada está causada por la parvalbúmina, aproximadamente el 50 % de los pacientes con alergia a un pescado están también sensibilizados, al menos, a otro más. Los pescados mejor tolerados son el atún, el bonito, el arenque, el pez espada, el salmón y la trucha. La parvalbúmina también es la causante de la alergia a la carne de rana.
Mariscos
Las proteínas implicadas son las tropomiosinas, estructurales en las células eucariotas. Existen alergias cruzadas entre distintas especies de una misma familia de marisco (crustáceos, bivalvos, artrópodos y cefalópodos); entre distintas familias (crustáceos y moluscos); y entre invertebrados, como insectos, nematópodos y ácaros (alergia cruzada entre ácaros y marisco).
El 75 % de los alérgicos a un crustáceo tienen una segunda alergia a otro alimento de la misma especie. La alergia a los crustáceos (gambas, langostinos, cangrejos), se da con frecuencia en individuos con alergia a los bivalvos (almeja, mejillón) y cefalópodos (pulpo, calamar, sepia).
Carnes
Las proteínas implicadas son las albúminas y las inmunoglobulinas. La sensibilización puede darse a distintos nivles: alergia cruzada entre carne de especies próximas, entre carne y otros productos de los animales de origen (generalmente leche y huevos) o alergia entre la carne y la caspa de animal.
Frutos secos
Las moléculas implicadas con las LTP, las profilinas, oleosinas y los homólogos del Bet v 1. El 28-49 % de los alérgicos a los cacahuetes (la alergia más frecuente) son alérgicos a otro fruto seco. Es frecuente la reactividad de un tercio de los alérgicos a un fruto seco con cáscara a otro fruto seco de la misma familia taxonómica.
Si te han diagnosticado una alergia a las avellanas probablemente también puedas experimentar alergia a otros frutos secos como nueces, cacahuetes, almendras e incluso a las manzanas. Se ha descrito sensibilidad cruzada entre castañas y plátano.
Frutas
En el caso de la alergia al melocotón, existe un alto porcentaje de alergia cruzada a frutas de la misma familia así como a fresas y kiwis.
Legumbres
Las moléculas implicadas son las LTP, las albúminas y las globulinas. Las personas con alergia a las lentejas, con frecuencia también presentan reacción tras el consumo de soja, guisantes y cacahuetes, pues son también legumbres.
En España, las alergias cruzadas más frecuentes son lentejas-guisantes (73 %), lentejas-garbanzos (69 %), garbanzos-guisantes (60 %) y guisantes-cacahuetes (57 %).
Otras alergias cruzadas
Los alérgicos al trigo sarraceno, presentan más probabilidad de reaccionar al melocotón, almendra, plátano, avellanas, nueces, anacardo, pistacho, nueces o a los lácteos.
Alergia cruzada entre latex y frutas
La proporción de pacientes alérgicos a látex que muestran alergia asociada a alimentos es del 21-58% en los distintos estudios publicados.
La base molecular se basa en la analogía entre la heveína del látex (Heb b 6.02) y el dominio de clase 1 de quitinasas de las plantas, similar a la heveína. Las frutas que desarrollan con más frecuencia esa reacción son las castañas (24%), los kiwis (20%), los aguacates (28%) y los plátanos (28%).
A principios de los 90 se describió el primer paciente con alergia asociada a látex y plátano. Poco después, se publicaron varios casos de hipersensibilidad a aguacate, plátano y/o castaña, asociada a alergia al látex.
En 1994 se propuso la existencia de un síndrome látex-frutas, debido a la observación clínica de una proporción inesperadamente alta de hipersensibilidad a frutas en un grupo de 25 pacientes alérgicos a látex.
Con respecto a las manifestaciones clínicas, la mitad de las reacciones suelen ser de anafilaxia sistémica, urticaria, angioedema y síndrome de alergia oral.
Alergias cruzadas entre pólenes y alimentos
Muchos pacientes que sufren alergia a las gramíneas en primavera y a las compuestas en otoño sufren los mismos síntomas en otras épocas del año al comer apio, zanahoria o melón.
Se cree que los responsables son los homólogos de Bet v 1 y las profilinas, una molécula alergénica común en diversas plantas (en el polen y partes comestibles).
En orden de importancia los pólenes que causan más reactividad son los de las gramíneas, parietarias, betuláceas y compuestas en el norte; mientras que en el sur, cupresáceas y olivo:
- El polen de gramíneas puede generar reacciones cruzadas con pimiento, patata, tomate, harina de trigo y algunas frutas, como nectarinas, melocotones, nísperos, peras y manzanas.
- El polen de abedul es el responsable de un 70% de las alergias cruzadas polen-alimento,con las nueces, el kiwi y las zanahorias.
- El polen de artemisia suele generar reacciones cruzadas con el apio, la zanahoria, el plátano, la sandía y el melón. Los alérgenos relevantes son las profilinas y; también determinados condimentos y hierbas medicinales, como perejil, orégano, albahaca, cilantro, miel y aceite de girasol, así como la camomila en lavados oculares o infusión.
Las personas alérgicas a pólenes tienen mayor probabilidad de desarrollar alergia a alimentos o al latex.
Alergia al niquel y reactividad alimentaria indeseada
Las personas con alergia al níquel, deben evitar el contacto con utensilios de cocina, tijeras, bisutería, relojes, hebillas, botones, cremalleras, monedas u oro blanco.
Lo ideal es que utilicen utensilios de aluminio, hierro, platino, plata, acero inoxidable, oro amarillo o botones automáticos. Que cubran la bisutería o la correa del reloj con laca de uñas. Y que eviten el contacto con el agua porque la humedad favorece la penetración del níquel en la piel.
Se ha descrito reactividad cruzada entre el níquel y el consumo de arenques, judías, cebolla, maíz, espinacas, tomate, guisantes, cacahuetes, pasas, té, cacao, col o conservas.
Síntomas reactividad cruzada
A continuación resumimos los síntomas atribuibles a una reactividad cruzada o a una reactividad alimentaria indeseada (RAI):
- Sistema nervioso: fatiga, ansiedad, insomnio, altibajos emocionales, vértigo, golpes de calor, dolor cabeza…
- Boca y garganta: aftas, gingivitis, ronquera, sequedad, picor paladar…
- Pulmón: tos, disnea, flemas
- Vista: diplopía, fotofobia, prurito o inflamación párpados, escozor, tics…
- Oído: prurito, vértigo, oído taponado, acúfenos,…
- Nariz: rinitis, estornudos, congestión nasal….
- Piel: prurito, dermatitis, calambres, manchas, aumento o disminución de la sudoración…
- Sistema genitourinario: enuresis, dolor al miccionar, alteración menstruación,…
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